Calle de los
millonarios de Miami Beach
Desde su fundación en 1915, Miami Beach ha sido un destino atractivo tanto para visitantes como para residentes. Muchos visitantes acaudalados que se enamoraron de su clima tropical y sus playas decidieron hacer de este su refugio para el invierno. Entre estas personas se encontraban líderes de los sectores industriales, de las finanzas y las comunicaciones, nuevos ricos que provenían principalmente de la región del Medio Oeste de los Estados Unidos; personas como Carl Fisher, el “padre” de Miami Beach en sus primeras etapas, personas que, en su mayoría, hicieron sus fortunas en la incipiente industria automotriz.
En el proceso de construir sus viviendas para el invierno en grandes terrenos y, en algunos casos, múltiples terrenos, crearon la denominada Millionaires’ Row o Calle de los millonarios, la cual se extiende desde la calle 44 hasta la 59, a lo largo de la Avenida Collins, la calle principal de la comunidad. Con el océano a espaldas de sus propiedades, este enclave de viviendas, cuarenta y una en total, comenzó a tomar forma en la década de 1910 y se completó a finales de la década de 1930. Dos propiedades significativas delimitan la Calle de los millonarios: la hacienda Snowden, en el sur, y el exclusivo Bath Club, en el norte. Mientras que el remodelado Bath Club sigue siendo un sitio muy frequentado, la hacienda Snowden, más tarde conocida como la hacienda Firestone, debido a su posterior propietario, Harvey Firestone, se transformó, en 1954, en la ubicación del espectacular Hotel Fontainebleau.
Las suntuosas viviendas que componen esta exclusiva comunidad fueron diseñadas por los arquitectos más prominentes del sur de la Florida de aquella época. Muchas fueron diseñadas con el popular estilo mediterráneo y se caracterizan por tener techos de tejas, arcos, columnas, balcones y fachadas de estuco texturizado. Entre los arquitectos que trabajaron en estos proyectos destacan Richard Kiehnel, responsable de numerosas edificaciones reconocidas en el área metropolitana de Miami; August Geiger, quien diseño la casa de Carl Fisher en el 5300 de la Avenida Collins; Walter DeGarmo; Martin L. Hampton y Russell T. Pancoast.
Los residentes de la Calle de los millonarios incluyeron a John D. Hertz, originario de Chicago y fundador de la empresa de renta de automóviles que lleva su apellido además de Yellow Cab; a Albert Lasker, quien fue en una ocasión presidente de la Junta de Transporte Marítimo de los Estados Unidos (U.S. Shipping Board) y presidente de Lord, Thomas & Logan, una de las más grandes agencias de publicidad. Entre otros nombres se cuentan el del magnate del transporte y los periódicos Charles A. McCullough; a John B. Ford, presidente de Michigan Alkali Corporation en Detroit; Albert R. Erskine, presidente de Studebaker Corporation, que fabricó el automóvil que lleva su apellido, así como el lujoso Pierce Arrow; William M. Griffin, presidente de Wayne Pump Company en Fort Wayne, Indiana, la cual fabricaba bombas, tanques y compresores para estaciones de gasolina.
Los nuevos residentes fueron haciendo remodelaciones y construyendo anexos a estas casas. Ni siquiera la depresión económica de la década de 1930 detuvo la construcción de nuevas casas. En 1934, Walter Briggs, un multimillonario radicado en Detroit, gracias a que era dueño de uno de los proveedores de autopartes más grandes del país, que producía partes para Ford, Chrysler, Packard y Hudson, construyó una majestuosa casa en dos terrenos en el 5151-67 de la Avenida Collins, la cual terminó costando $108.000 y contaba con un ascensor y una piscina.
La Calle de los millonarios de Miami Beach era el sitio predilecto para las fiestas de la alta sociedad, almuerzos coloridos y suntuosas recepciones para invitados especiales que incluían a altos dignatarios políticos. Muchos de los residentes de la Calle de los millonarios eran miembros del exclusivo Comité de 100, fundado por James Allison y Carl Fisher en 1926 con el fin de mejorar los ámbitos cívico, cultural y político de la ciudad que decidieron hacer su hogar durante el invierno.
El final de la Calle de los millonarios tal como se conocía hasta entonces siguió a la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. En esa época, Miami Beach experimentó un gran brote de prosperidad. Se promulgaron cambios en las leyes y reglas de zonificación que permitieron la construcción de hoteles y apartamentos en el área de la Calle de los millonarios, muchos de cuyos residentes iniciales ya habían fallecido. Para mediados de la década de 1950, los hoteles Fontainebleau, Eden Roc y Montmartre tomaron su lugar en partes de la antigua Calle de los millonarios. La expansión de la afamada Hotel Row o Calle de los hoteles de Miami Beach en esa área continuó con un conjunto numeroso de hostales, algo nunca antes visto, lo que aseguró el estatus de Miami Beach como el principal destino turístico de los Estados Unidos.
Dr. Paul S. George